No al hipermercado en la ladera verde y protegida de San Bartolomé.

El Ayuntamiento donostiarra ha aprobado, en contra del interés general, la construcción de un Centro Comercial en la ladera verde de la colina de San Bartolomé. Como remate de la operación urbanística en ese ámbito, pretende vaciar la ladera y meter debajo un edificio de 11 plantas, destinando 8.040 M2 a un gran hipermercado, restaurante y tiendas de franquicias. También dispondrá de un aparcamiento subterráneo de rotación de 14.000 M2.

Más allá de las plusvalías que aporte como única justificación, esta operación ni es innovadora ni sostenible ni ofrece ningún interés para el centro de la ciudad. Solo servirá para densificar aún más la edificación en la zona. La actuación exige una excavación de 46 metros en roca, una obra compleja que durará tres años, con afecciones importantes a la movilidad al cortar las calles Easo, Aldapeta y San Bartolomé, además de las molestias al vecindario. 

Por otra parte, abrir un nuevo aparcamiento de rotación en pleno centro va contra la filosofía medioambiental de la obligada creación de un Área de bajas emisiones, porque provocará una mayor afluencia y circulación de vehículos. Todo ello resulta contradictorio con esa política errática de movilidad y circulación que aplica el alcalde Goia.

En mi opinión, la intervención es injustificada porque NO se necesita un hipermercado al estar la ciudad bien atendida por muchos supermercados, los dos mercados del centro y muchas tiendas tradicionales de alimentación. Nos enfrentamos a un modelo de ciudad franquicia que busca como sea obtener más plusvalías y a una demostración de falta de criterio político a la hora de tratar un espacio público simbólico que está protegido por las normas municipales. La ladera norte de San Bartolomé merece ser conservada porque forma parte de un paisaje urbano singular y de la memoria de un hito en la ciudad. Es exigible sensibilidad hacia un lugar donde se situó en el siglo X el primer Monasterio-Convento, fuera de las murallas de la ciudad.

El anteproyecto de edificación y urbanización figura en un Plan Espacial recién aprobado por el Ayuntamiento. El documento ofrece un impactante fotomontaje que muestra la distorsión y devaluación que sufrirá el conjunto de elementos que gozan de protección en el Plan General de Urbanismo. Me refiero a la iglesia, el convento y el muro con el entorno de la ladera. El resultado debiera merecer una reflexión cívica.

Esta potente intervención comercial no se aceptó en mi etapa de alcalde por el equipo político y técnico que trabajamos en la operación de regeneración social y urbana del área de San Bartolomé y Amara Viejo. Nuestra propuesta de intervención se plasmó en las reformas del Plan General de 2010. Después, el Centro Comercial fue promovido y aprobado en 2015 tras las reformas sucesivas de los planes urbanísticos por parte de las Alcaldías de Bildu y PNV. Concretamente, Izagirre, alcalde de Bildu, propuso esta actuación -junto a otras modificaciones para San Bartolomé- en diciembre de 2013 y el proceso de tramitación de las reformas para dar forma a este esperpento ha continuado hasta la aprobación final del Plan Especial el 26 de enero de 2023.

El área de San Bartolomé ya ha sido suficientemente exprimido como operación urbanística y económica. En defensa del interés general, he propuesto a la Corporación una alternativa razonable para que se respete esa ladera que siempre fue un espacio libre y verde y que se mantuvo así cuando se levantó la última Iglesia y Convento en 1876. La alternativa pasa por encargar un proyecto de jardinería y paisajismo que recupere todo el espacio de la ladera -abandonado en estos 12 años-, permita la integración visual de todo el conjunto protegido en el Ensanche y convierta la ladera en un jardín espectacular en plano inclinado. Lo que resulta una burla y de imposible ejecución es crear un “parque” sobre las cubiertas del edificio y en paredes verticales, como dice el Plan Especial aprobado. Lo que podría resultar es un cromo con espacios verdes a base de colocar tepes de césped. 

Se trata de integrar en el paisaje urbano el convento, la iglesia, el muro y la ladera, ofreciendo una visión global no distorsionada y consolidando la ladera con un espectacular mar de flores que mantenga ese terreno con plantas y árboles bien estudiados. En contra de las Sentencias recaídas sobre la protección del conjunto de elementos de San Bartolomé e incluso (?) de lo que contemplan los propios Planes reformados, el artefacto comercial elimina un tramo del muro protegido y crea nuevas aperturas, a la vez que solo permite una caricatura de jardín e impide esa pretendida visión del conjunto. Además de respetar íntegramente esa ladera, se debe ampliar la acera de ese tramo de la cuesta de Aldapeta, con retranqueo y rebaje de altura del actual murete al final de la ladera.

La apuesta por la innovación en Donostia no debiera consistir, sólo, en promover y atraer nuevas empresas centradas en la investigación, la ciencia, las nuevas tecnologías y la captación externa de talento. Ser una ciudad innovadora significa, también, gestionar con sensibilidad y en defensa del interés general el paisaje urbano, el suelo, el patrimonio local protegido y la identidad del municipio. Hablo de una estrategia propia para afrontar los retos del modelo de ciudad sostenible y no especulativa que desea la ciudadanía para San Sebastián.

Estamos a las puertas de las elecciones municipales y necesitamos un debate clarificador y transparente en favor de intervenciones sostenibles y de calidad. Este Centro Comercial no lo es. Por todo ello, ruego al Pleno del Ayuntamiento que reconsidere su decisión con urgencia.

 

Odón Elorza / Ex alcalde de Donostia - San Sebastián (1991-2011)

28 de marzo de 2023 / Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. / Publicado en eldiario.es Euskadi

Odón Elorza

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