El 23J es el reflejo de una sociedad al borde de la ruptura.

Los resultados del 23J son el reflejo de una sociedad dividida, con ruptura del diálogo político transversal y contaminada por un discurso extendido de odio que amenaza nuestra convivencia. En ese escenario, la Democracia solo avanzará si los líderes de los partidos son capaces de mostrar más autocrítica y más generosidad intelectual en vez de alimentar la confrontación partidista. Porque España tiene pendientes reformas claves que exigen Pactos de Estado.

No soy equidistante y considero que el PP es el responsable principal de la situación y de la crisis de Estado. Pero en esta sociedad tiene que haber voces que insistan en la imperiosa necesidad de buscar pactos en torno al interés general y a la reforma de la LOREG y la Constitución. Por supuesto que no es tarea fácil pero no intentarlo sería una grave irresponsabilidad. 

Los grandes desafíos globales del siglo XXI como son la lucha por la inclusión, la transición ecológica, la revolución tecnológica y las migraciones, requieren diálogo y no se resolverán desde una actitud sectaria sino dignificando la acción política. Lo que conlleva poner en práctica los valores democráticos.

A la vista del resultado electoral del 23J, las próximas semanas exigen prudencia y humildad desde el Gobierno de Coalición en funciones tras la dulce derrota. Pero conviene diferenciar entre el deseo y la compleja realidad de la fragmentación electoral que representa a la España plural de la diversidad.

Ahora viene el ejercicio más difícil todavía. Se trata de racionalizar las nuevas expectativas de gobernar que generan las frías matemáticas del nuevo Congreso -no olvidemos el resultado en el Senado- una vez que se observa la imposibilidad de que Feijóo logre ganar su investidura.

Las derechas no han alcanzado su objetivo al incumplir las enormes expectativas de victoria que habían fabricado en las encuestas. Y eso les duele y desorienta. Lo constaté la noche electoral en el discurso de Feijóo celebrando su amarga victoria. Feijóo está desinflado y se ve cuestionado pero tiene que presentarse al proceso de investidura. Tampoco entendí algún mensaje triunfalista en el discurso de Pedro Sánchez en Ferraz. Son ceremonias en las que parece que todos han ganado y en las que los gritos e insultos prevalecen sobre los necesarios mensajes de reflexión y calma.

Es muy posible que los malos resultados de ERC y JUNTS -en pelea entre ellos y con las elecciones catalanas próximas- les lleven a poner un precio político que podría ser inadmisible de cara a obtener Pedro Sánchez su apoyo en una posible investidura. Hay quien, desde Cataluña, tiene la tentación de desestabilizar el proceso de investidura por no importarle ni convenirle la gobernabilidad de España. El PSOE no negociará nada que no respete la Constitución.

En el terreno de las cábalas, Feijóo debe presentarse a la investidura como ganador el 23J. Es su oportunidad y debiera activar la liturgia de la democracia y el debate parlamentario. Si no lo hace o fracasa, entonces Pedro Sánchez ha de intentarlo. Si Junts y otros partidos se moderan, planteando cuestiones razonables, habrá Gobierno. Si ponen un precio inconstitucional se acaba la negociación y Sanchez reforzará así su posición de cara a una repetición electoral en diciembre.

Por tanto, se debe establecer una estrategia que acierte en las formas democráticas y en un tono nada crispado de cara a la gestión política a desarrollar en estos cuatro meses por si toca repetir, algo que veo muy probable, las elecciones. Ahora, más que nunca, el país necesita un Presidente en funciones que gestione los tiempos con sabiduría y humildad, que actúe de manera muy institucional, y que proyecte tranquilidad, seguridad y confianza ante la ciudadanía.

La crisis interna que se empieza a percibir en PP y VOX, crecerá por sí sola si Pedro Sánchez, el PSOE y Sumar, actúan con mucha habilidad, rebajando la tensión política y la polarización que han llevado al agotamiento a la sociedad. Lo contrario les servirá a las derechas como pegamento interno.

No olvidemos que la gran mayoría de la población ya está con mentalidad de vacaciones y desconectada de la bronca. Es la hora de manifestar altura política y de planificar soluciones en clave democrática para septiembre.

 

Odón Elorza / Ex diputado del Congreso por el PSOE.

Odón Elorza

Espacio de diálogo e interacción con el diputado socialista por Gipuzkoa.

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